En Blanco es el nuevo proyecto multidisciplinar de Fon Román basado en la obra del poeta y ensayista mexicano Octavio Paz Blanco.
En Blanco es el nuevo proyecto multidisciplinar de Fon Román basado en la obra del poeta y ensayista mexicano Octavio Paz Blanco.
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Biografía
Fon Román es un guitarrista y cantante español que inició su carrera musical con la banda de rock Los Piratas, la cual estaba integrada por Iván Ferreiro, Paco Serén, Pablo Álvarez y Hall 9000. La guitarra de Fon Román determinó el sonido de Los Piratas dejando su huella en discos que han ejercido una gran influencia en los grupos nacionales actuales, tanto del Indie como del mainstream.
Tras la separación de Los Piratas formó Trash of Dreams un dúo con el productor de Los Piratas, Suso Saiz. Un proyecto de música minimalista y experimental, creado para seguir desarrollando su faceta creativa como compositor y guitarrista.
En 2006, estrenó su primer trabajo en solitario, Silencio cómodo en un jardín descuidado (Subterfuge, 2006), un álbum con 11 canciones. Román eligió un sello independiente para iniciar su carrera en solitario. Su primer disco buscó una personalidad en lo musical y lo vital. La sinceridad cobró peso, incluso frente a la experimentación, la primera premisa hasta entonces de Román. De esta primera experiencia, Fon logró la respuesta afirmativa de viejos fans y la atención de un público ajeno a Piratas.
En 2011, sacó su segundo disco en solitario Entretelas (Pequeñas Iluminaciones/PIAS). Entretelas casó a la perfección todas sus contradicciones formales como un álbum aparentemente sencillo y a la vez tremendamente complejo en su interior. En este disco, Fon Román se reveló como un compositor de pop clásico sin nostalgia por el pasado y con una colección de canciones que son puro estribillo sin caer nunca en lo facilón.
En el año 2020, en plena pandemia, decidió componer En Blanco, disco que fue grabado en 2021 en su estudio de Vigo.
Otros proyectos
POPartesanal es un proyecto de Fon Román que se llevó a cabo en España en 2012. Tras el lanzamiento de su segundo disco Entretelas, Fon Román se embarcó en una gira de ocho conciertos en lugares inusuales, comenzando con una presentación en el Teatro Lara de Madrid, y recorriendo a continuación el norte de la península desde Barcelona a Vigo pasando por siete espacios de marcada personalidad, talleres de artesanos, una bodega riojana, un taller de restauración y un fin de gira en un museo al borde del mar.
La gira fue acompañada por la obra escultórica creada en Barcelona por el colectivo The Öwn para dar imagen al disco y que sirvió de telón de fondo en cada uno de los conciertos.
El fruto de todo este recorrido se recogió en un documental en el que se mostró las vivencias de la banda, la interacción con los demás artistas y artesanos invitados, a la vez que se iba desvelando el carácter e inquietudes de Román.
Fon Román: La chispa, la llama y el humo
Arancha Moreno, Directora de Efeeme.com
Octubre de 2019
Llevábamos ocho años sin tener noticias discográficas de Fon Román. Después de su paso por Piratas, donde fue guitarrista y compositor, se embarcó en Trash of Dreams, un proyecto de carácter experimental que compartió con el músico y productor Suso Saiz. En 2006 despegó como solista con Silencio cómodo en un jardín descuidado, al que siguió Entretelas (2011), y tiempo después dejó Vigo, cruzó el charco y se instaló en Ciudad de México. No compró billete de vuelta, pero ahora regresa a nuestro país con un nuevo disco bajo el brazo: La chispa, la llama y el humo.
“En México busqué dejar todo atrás, ir a un país nuevo, a ver qué me ofrecía. Una revolución personal siempre genera semillas musicales, vivencias”, explica Fon sobre su cambio de vida. Pasó una etapa alejado de la composición, tanto, que tardó más de dos años en terminar una canción. El músico Thomas Cathomen, a quien produjo un disco, le empujó a retomar la tarea creativa y trabajar en cientos de ideas sueltas. Animado a ello, dejó la ciudad en busca de un refugio donde dar vida a sus nuevas canciones. “Me fui a una casa solo, a las afueras de México, a cuatro horas de la ciudad, para aislarme e intentar componer”, cuenta Fon. Allí se enfrentó al miedo irracional de estar absolutamente solo en mitad de un bosque y brotaron canciones como “El equilibrio es posible” o “La chispa”. Esta última le dio la pista para crear el concepto del disco.
La chispa, la llama y el humo es un homenaje a la vida en sus diferentes fases: el inicio (la chispa), el tiempo que pasa (la llama) y lo que se extingue (el humo). Tres símbolos que sujetan un disco minimalista y sobrecogedor en el que expone una mirada nueva y serena arropada por una musicalidad en la que siguen presentes sus cuidadas guitarras, entremezcladas inconscientemente con otros ritmos. Sobre su mesa se apilaban discos de Radiohead (In rainbows) y Wilco (Sky blue sky) junto a los de maestros como Serge Gainsbourg, Phil Spector o Frank Sinatra, que de alguna forma han marcado el enfoque clásico de la tímbrica y los arreglos de este disco. Y para grabarlo se ha apoyado en el productor Gustavo Guerrero (Natalia Lafourcade) y se ha rodeado de músicos de México, Argentina, Cuba o Venezuela, una amalgama de procedencias que se han filtrado inconscientemente en las composiciones.
Dice Fon que las once canciones que conforman su tercer disco tienen “ese punto de corazón abierto, unas letras muy directas, una parte bastante luminosa”. Quizá por eso en la fase de grabación se sentía a flor de piel: “Yo no dormía nada, no dormía más de tres horas diarias, llegué a un estado de alteración emocional, Gustavo (Guerrero) y yo estábamos llorando cada dos por tres en el estudio, fue desgarrador”.
Entre esa colección de canciones están “La chispa”, que bebe armónicamente de los crooners de los años 50 y tímbricamente posee algún aire más latino. Una composición sobre “lo que hemos sentido la primera vez: el primer beso, el primer amor, todos los instantes que llegan de una manera súbita y nos desbordan”. En la siguiente, “Lo que no soy capaz”, palpitan constantemente un bombo cuadrado y un bajo, como un corazón latiendo. Aquí, y en otras muchas, la letra se transmite también desde la música: “El tema de abrir el corazón está muy presente en el disco.
He abierto mucho el corazón a la gente y al final te hace bien. En vez de creer que eres mucho más frágil, te hace más fuerte”. También plantea la aceptación de uno mismo, trasfondo de “El equilibrio es posible”, un claro guiño al tema que compuso junto a Iván Ferreiro en Piratas, “El equilibrio es imposible”, que planteaba algo sin resolver. Se le ocurrió al escribir los primeros versos: “Si estás pendiente de equilibrarte / es cuando te
tambaleas”. Ahora, como transmite en su nueva canción, cree firmemente que “es posible equilibrarse sin estar pendiente de lo que hay alrededor”. Un mensaje que lanza de forma cruda, donde cobran protagonismo la voz y las guitarras.
Y es que la voz es el faro que guía este tercer trabajo del vigués, que alumbra canciones como “Territorio herido”, un viaje que revela una cruzada personal, en la que defiende que las respuestas no están fuera, sino en uno mismo. Una canción que nace oscura, casi dramática, y que pasa por diferentes estados hasta hallar el final del túnel, con unas guitarras eléctricas que centellean como pequeñas luciérnagas. Lo mismo ocurre en la nana “Canción de luna a Mariña”, un pequeño regalo a un antiguo amor, y en “Tu cama”, donde el piano y la voz transmiten la añoranza de esos lugares en los que se hallan la calma y la paz, salpicados de bonitas atmósferas.
La más bailonga del conjunto, con un sonido negroide hija de la Motown cruzada con dejes latinos es “Latido unánime”, una fiesta a media luz que va creciendo poco a poco y que se adivina como el cierre de fiesta perfecto en directo. Festiva y rica es también “La llama”, otro de los pilares del álbum, que nos deja tarareando la belleza de su estribillo: “Vuelvo a inhalar aquella emoción / nueva al volver a mirarnos. / Fue ensoñación, una ilusión / creímos que el vuelo era eterno, amor, / que nuestro vuelo era eterno amor, / contigo en continuo destino”.
En la recta final asoman “Gente puentes”, una reflexión sobre la necesidad de unirse a los demás y “Lennon y Yoko”, en la que homenajea a la pareja que reivindicó la paz y el amor desde una cama en Montreal. Cierra el disco “El humo”, un canto a lo intangible, a lo que se diluye y se transforma en otra cosa. Es la pieza “más cinematográfica” del disco, donde asoman las cuerdas y las capas de guitarra, que se van apagando en un fade out muy lento, con la misma delicadeza con la que se extingue el último rastro de humo.
Muchas de esas canciones ya han aparecido en las redes sociales en versiones acústicas con Zahara (“La chispa”), Iván Ferreiro (“El equilibrio es posible”), Coque Malla (“Territorio herido”) o Izal (“La llama”). El 27 de septiembre La chispa, la llama y el humo ve la luz en España. El año que viene el disco cruzará también el charco para sonar en el país donde fue gestado. “Yo nunca estuve tan solo como en México”, confiesa Fon. Una soledad que atesta las grandes ciudades y que él combatió abriéndose a los demás, gestando un disco introspectivo pero luminoso, en el que relata más de una batalla desde la calma y el equilibrio. Un álbum sereno y cálido. Como reflejan sus canciones, al final Fon ha encontrado el equilibrio y, de paso, a sí mismo.
Fon Román © 2023